martes, 15 de noviembre de 2011

Culturas y Demonios


A lo largo de toda la historia, presentes en religiones, mitologías y folclores, los demonios han acechado a los hombres. La palabra “Daimon”, proveniente de la Antigua Grecia, hace referencia a un ser sobrenatural, generalmente no humano, a un espíritu o poder divino. Este significado fue sufriendo alteraciones y, en muchas religiones un “demon” es conocido como un espíritu impuro y malvado. Es necesario tener en cuenta que cada religión o cultura tiene su propio concepto de demonio, compartiendo entre ellas algunos patrones en común en cuanto a la psicología o forma de actuar de los mismos pero también poseen varias diferencias.

En la cultura Islámica musulmana encontramos a los “Jinn”, que eran considerados como seres de menor rango con respecto a los ángeles.  Junto con los humanos y los ángeles, forman parte de las tres creaciones de Allah. En algunas descripciones, los Jinn tienen el don de ver pero no ser vistos. Su creación precede a la de los hombres y ellos pueden ser buenos, neutrales o malos. Esta característica da a conocer que, como los humanos, los Jinn tienen capacidad de libre albedrío y de elegir, a diferencia de los ángeles que no tienen otra opción que servir a Allah. Como los ángeles, tienen la facultad de entrar a la realidad humana en forma de animales o de hombres. Al igual que ellos, los Jinn de alineación buena lo hacen para ayudar a los hombres en sus dificultades y no pueden hacerlo sin pedir permiso a Allah, pero los malvados no piden permiso y aparecen especialmente en forma de serpiente o de hombre para hacer maleficios a los humanos. Tienen cuerpos etéreos pero se alimentan y pueden tener hijos entre los de sus clases o con humanos. Iblis es uno de los primeros Jinn, considerado el jefe de los Jinn malvados. Él desobedeció a Allah en el momento de la creación de Adam. Como los Jinn y ángeles estaban hechos de luz, él se resistió al pedido de Allah de dar reverencia ante los humanos, que sólo estaban hechos de barro. Iblis es relacionado con la función que tiene Satán en la cultura cristiana, pero se diferencia de éste porque Satán es un ángel caído. Ambos, para cada cultura, engañan a Adam y Eva en el momento de la creación.
En la Biblia Hebrea se hace referencia a dos tipos de demonios. Lo se´irim son seres a los cuales algunas personas les ofrecían sacrificios en los campos israelitas para apaciguarlos. Su aspecto es  como el de un sátiro y se los describe como seres que bailan en el aire libre. Se cree que a esta clase pertenece Azazel, líder de los Grigori, grupo de ángeles caídos de la biblia judeo-cristiana cuyo objetivo era ser observadores de la vida de los hombres, ayudando cuando fuera necesario pero sin interferir. Dios los envió por una misión a la tierra y allí fue cuando Azazel corrompió a los seres humanos, enseñando a los hombres el arte de la guerra y a forjar espadas, navajas y escudos para este fin, a las mujeres les enseñó a  ornamentar sus cuerpos, a pintar sus caras  y teñir sus cabellos y a todos develó los secretos de la brujería y llevó al camino de la impureza. Azazel trajo los pecados al mundo.

Los Shedim son la otra clase de demonios. A ellos los pecaminosos les hacían ofrendas sacrificando niños o animales, siendo considerados falsos dioses. Ellos tienen pico, patas y garras de gallo y su origen es indefinido. Una version dice que son descendientes de demonios que tienen forma de serpiente, haciendo referencia al mito de Adan y Eva, otros dicen que Dios comenzó a realizarlos con la intensión de que fueran humanos pero quedó dormido en el Sabbath sin terminar su creación y la última versión dice que son descendientes de Adam y Lilith, la primer mujer de la tierra y pareja de Adam. A diferencia de Eva, ella es hecha de tierra y no de una costilla, se rebela ante la posición que le es dada a la mujer en la creación y no puede volver a entrar al Paraíso. Supuestamente, para ver si hay Shedim en algún lugar, se tiran cenizas en el piso y se pueden ver sus pisadas. Para evitar invocar a estos demonios, se sugiere no silvar ni decir su nombre.
Los demonios interfieren en la vida de las personas causándole males. Los libros antiguos hacen referencia al demonio de la cegera, “Shabiriri”, quien permanecía oculto en las aguas durante la noche y dejaba ciegas a las personas que bebían de este manantial. También se menciona al demonio del dolor de cabeza, al espíritu de la epilepsia y el de las pesadillas, entre otros. Estos demonios entraban al cuerpo y causaban una enfermedad. Para curar a la víctima tenían que sacar al demonio malvado mediante ciertos encantamientos y rituales talismánicos. En la religión cristiana se cree que los demonios pueden entrar al cuerpo de las personas poseyéndolas y se hacen rituales de exorcismo con religiosos calificados por la Iglesia para estos fines.
En el cristianismo, Satán es el mayor representante del mal y se plantea una adversidad con el bien, Dios. Originalmente, llamado Lucifer (Luzbel, portador de la luz) era uno de los ángeles más hermosos, servidores de Dios, jefe de los Querubines pero, contando con posibilidad de elegir, cayó en la tentación y envidió la adoración que le brindaban a Dios; quiso ser como él. "¡Cómo has caído del cielo, Lucero, hijo de la Aurora! Has sido abatido a la tierra dominador de naciones! Tú decías en tu corazón: "escalaré los cielos; elevaré mi trono por encima de las estrellas de Dios; me sentaré en el monte de la divina asamblea, en el confín del septentrión escalaré las cimas de las nubes, semejante al Altísimo" (Is 14:12-14). Se dice que dos tercios de los ángeles se alinearon a la posición de Lucifer y allí él pasó a ser Satán (el adversario), el gobernador del infierno que personifica toda la maldad que existe en el Universo. Al no ser todo poderoso, actúa tentando a los hombres a que desvien su fe en Dios pero no puede decidir su voluntad. Es inteligente, manipulador y seductor. A diferencia de Dios, que es creador, Satanás no crea demonios, todos los demonios son ángeles caídos que actúan para servirlo. Con Dios se enfrentan por las almas de los hombres, que luego de la muerte irán al cielo o infierno dependiendo de los actos que realizaron en sus vidas. En el Infierno cristiano hay un orden jerárquico y el segundo demonio más poderoso es Belcebú, el señor de las moscas.
Gustave Dore, Paradise Lost Satan


A diferencia de la concepción cristiana en el hinduismo los demonios no tratan de tentar a los hombres ni son el origen de todos los males. Los males son consecuencia del Karma, de las acciones y elecciones que realizan las personas. Los demonios hindúes son los “Asuras”, deidades adictas a ciertas pasiones como el poder, el orgullo, la ira, la soberbia y son opuestos a las deidades benévolas, los “Deva”. Según el hinduísmo, todos los hombres tienen cualidades de Asuras y de Devas. En cuanto al rango, se encuentran por encima de los humanos pero debajo de los demás dioses. Hay diferentes razas de “Asuras” y hay muchas leyendas en las que son protagonistas. Los Asuras también aparecen en el budismo y tienen un parecido con los semidioses griegos, que baten batallas con otros dioses o se casan entre ellos. La reencarnación en Asura en el budismo es considerada una de las peores dado a sus pasiones.
En la cultura japonesa se encuentran los “Oni”, demonios con grandes garras, largos cuernos, con piel de colores (lo más común es que sean rojos, verdes, violetas o azules) con características humanoides aunque también representados con muchos ojos, más dedos o con forma de simio. Suelen llevar un mazo de hierro y vestir sólo un pequeño pantalón de piel de tigre. Ellos fueron probablemente tomados de la cultura china. Se dice que Emma- Dao, el rey del infierno tiene dos asisntentes un aka-oni (ogro rojo) y un ao-oni (ogro verde). Estos demonios torturan a los pecadores en el infierno pero también están en el mundo terrenal en las montañas o en países lejanos, en las nubes con los espíritus del viento y tormentas. Se dice que son malvados, que pueden llegar a comer gente y perjudicarle de muchas maneras pero también pueden interferir para hacer cosas bondadosas. Un ejemplo de esto es que en Japón es costumbre poner tejados con cara de ogros para que alejen a los malos espíritus. Como detalle curioso, cuando este pueblo estuvo alejado del resto del mundo por las guerras, como los Onis vienen de países lejanos, se creía que los extranjeros eran demonios.

El miedo que provocan estos seres de naturaleza desconocida para los humanos han llevado a crear ciertas ceremonias que ayudarían a mantenerlos alejados de nuestras vidas. En Japón existe el festival Setsubun donde se celebra la llegada de la primavera arrojando semillas de soja para ahuyentar a los Oni mientras que dicen “¡Fuera demonios! ¡Que venga la fortuna!”. También en los Estados Unidos existe la fiesta de Halloween donde todos los 31 de Octubre las personas se disfrazan para ahuyentar a los malos espíritus. Habrá que pensar si estos rituales son suficientes para ahuyentar nuestros propios demonios.


FUENTES:

2 comentarios:

Astraud dijo...

Excelente entrada, Myobu!

Myobu dijo...

Yeah! Gracias por leerlo!! A mí me re copó, es más, inspiró la remera del mes que viene (o la del otro, depende de lo vago que esté :P)

P.D.: Yo no escribí la nota, no me "autoinspiro"